jueves, 15 de abril de 2010

Conferencia Nacional por el Medio Ambiente (1era jornada)

Ha sido un día intenso.

Arrancamos a las 8 de la mañana: durante el desayuno conocimos a algunos representantes de Ushuaia, ajustamos los últimos detalles de la presentación digital con los resultados del trabajo de la escuela en la CONFINT y, después de acreditar, comenzamos con las jornadas de taller, debate, discusión, pero sobre todo, intercambio.


Nos sorprendió ver que mucho de lo discutido en el colegio se veía reflejado en los testimonios del resto del país... la preocupación de los jóvenes por resolver con hechos lo que los adultos parecen no querer afrontar.

Diversos problemas ambientales afloraron en las voces de los chicos: desde minas a cielo abierto altamente contaminantes, hasta la deforestación, pasando por el derretimiento de los glaciares; el saturnismo, el cáncer y las malformaciones como resultado de la concentración de metales pesados en la tierra y el agua. Escuchamos mucho más, todo con un denominador común... la falta de conciencia social.

Ahora son las dos de la mañana y a pocos metros de donde estoy puede comprobarse empíricamente que la alegría y vitalidad juvenil son energías renovables... al menos en el looby del hotel, donde un grupo de rezagados, entre los que se encuentra Carolina -nuestra delegada- aún dialoga con el optimismo de quienes sienten que todo es posible.


La integración entre los chicos, el compromiso, la camaradería y solidaridad han sido una constante tanto en los momentos de trabajo, como en los de descanso.

Desde este lugar de cronista, me pregunto cuánto tienen que ver estos factores con la Educación Ambiental.